¿Qué hacías en el 2004? A tantos años de distancia, las cosas pueden parecer borrosas. De vez en cuando llega alguna imagen mental, un destello que nos recuerda un instante que, por alguna razón, nuestra mente decidió guardar. Para Camilo Lara, aquel 2004 marcó el inicio de un proyecto que le cambiaría la vida. El Instituto Mexicano del Sonido es una celebración. Un homenaje a los sonidos que han forjado a todo un país. El experimento sonoro de Camilo Lara llegó y, desde el primer instante en que se escuchaba, causó un impacto. Canciones que sonaban frescas y pegajosas, pero que tenían esa aura de un México que ya se había ido, de ciudades, colores, personas, sabores y bailes que no vivimos, pero sentimos como nuestros. La magia de un proyecto así, es que conecta con esa parte nostálgica que todos tenemos.
Instituto Mexicano del Sonido es, sencillamente, Camilo Lara; el proyecto madre de este defeño que de vez en cuando aparca –pero nunca olvida– para experimentar con otras propuestas. Y es que el deejay y productor conocido por proyectos como Mexrrisey (México + Morrisey) lleva desde 2004 practicando su personal mezcla de funk, cumbia y electrónica bajo las siglas de I.M.S.
Con “Méjico Máxico” (Nacional, 2006), Piñata (Indie Europe/Zoom, 2009), “Soy sauce” (El Volcán Música, 2009), “Político” (El Volcán Música, 2012), “Disco Popular” (El Volcán Música, 2017), “Distrito Federal” (El Volcán Música, 2021), álbum que cuentas con las colaboraciones como La Perla, Graham Coxon, Cuco y Joe Crepúsculo, y en otros tantos eps, Camilo Lara ha demostrado que en ocasiones es posible dar con la fórmula mágica de la fusión musical, cultural y simbólica del alma mariachi, el espíritu de los sonideros y los ruidos electrónicos y sintéticos más audaces.
Como personaje imprescindible de la agitación cultural mexicana, Camilo Lara también proyecta en el Instituto Mexicano del Sonido un grito reivindicativo de justicia social. Como él mismo defiende, “el único lugar democrático de la tierra en estos momentos es la pista de baile. En una pista de baile puedes ser rico, pobre, feo, guapo, blanco o negro; pero si la música es buena, une a la comunidad”. |